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19 de agosto de 2015

Rendez-vous.

Siempre ha sido mi idea, sobre todo tras mi deseado regreso a las carreras, poner el buen rollo por encima de potencia, tablas de tiempos, clasificaciones, etc.

 
Nos guste o no, hacemos este deporte tan caro y tan profesionalizado de forma amateur. Aunque resulte un contrasentido de entrada, si alguien ha estado alguna vez en un parque de asistencia de un rally sabrá bien lo que digo. Lo más importante ahí es el buen rollo.


Siempre que alguien me dice cosas como que “hay que ganarle a nosequién el próximo tramo”; “yo cuando me pongo el casco es para correr todo lo que pueda y el riesgo no importa” o “podemos incrementar la potencia en 5 caballos”… yo suelo contestar que “al mundial, ya no llegamos…”.

 
Hay que asumir que ninguno de los que corren un rally de un campeonato regional, y solamente un par de los del Nacional, por buenos que sean o buenos que se crean,  tienen posibilidades de salir a correr alguna vez en una prueba del WRC; desde luego dejándose media vida en ello, sin ganar a nadie y, muy probablemente, pagando mucho... Así será mientras no tengamos copas de promoción adecuadas y escalonadas, campeonatos que promuevan la evolución de los deportistas desde la base, ayudas solo a los objetivamente mejores crono en mano, etc. A día de hoy, las carreras de coches son, en general, un negocio en el que unos pocos cobran lo que pagan muchos “gentleman drivers”. Se llama así en inglés a los que, como servidora, no corren un pimiento pero, apasionados como son, se dejan el sueldo o el patrimonio, con más o menos aprietos, sobre todo los del sueldo, en competir tras un volante.

Me extiendo aquí un solo párrafo más: De esto, sorpresa, sorpresa, creo que NO tienen la culpa los federativos o las federaciones; estos no hacen sino seguir (aprovechar?) un modelo “de negocio” y de gestión “democrática” (un entrecomillado es por sarcasmo, el otro no… adivina adivinanza…) que les viene impuesto por nuestra legislación sobre federaciones, la cual nada tiene que ver con lo de la promoción del deporte de base, por más que alguno lo ha intentado sin éxito. He tenido alguna experiencia en otras federaciones deportivas, y en todas “cuecen habas”, luego no tienen la culpa. Si este modelo, de financiación y gestión, no cambia por ley… esta situación no cambiará: Las licencias e inscripciones seguirán costando “un huevo”; ponerse en la salida de un tramo, también; ganar algo, ni te cuento… No habrá sucesor para Carlos Sainz y el mérito que tienen tanto él como los que lo intentan detrás es imposible de medir, por infinito.


Pero no sigo por este camino; estaba en el amateurismo de nuestro deporte del primer párrafo: Me encanta primar la amistad y el buen rollo…
 
Por éso en las vacaciones de verano hubo ocasión, aparte de para pasar ITVs e ultimar detalles estéticos en el coche, para una cena Working for Racing con la gente del equipo, que es de lo que iba esta entrada, en una terraza de verano, sin carreras de por medio, que es también parte de lo que más me mola de este deporte. Y aunque el menú no fuese nada “deportivo” (¡Viva el chuletón y su colesterol!) una reunión de pastores es, también, hacer rallyes... y me gusta.

A.

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