Image

7 de abril de 2017

Braking bad* en Sierra Morena

*(La serie de televisión se llama "BrEaking bad", pero ya verá el lector que el títulillo pega...)


Nota sobre los sistemas de frenado: Dice el grandioso Jeremy Clarkson que, por correr, lo que es correr, no se ha muerto jamás nadie… Es la cosa de "quedarse estacionario" de manera repentina y violenta, lo que te hace daño …o te mata… No le falta razón: Los sistemas de frenado son necesarios para controlar la "deriva frontal" y la inercia de cualquier bólido en movimiento, pero de forma gradual y asumible por las condicionantes físicas de los ocupantes de dicho proyectil. La cosa va de frenos.

No podíamos estar más felices, los del dorsal 79, cuando arrancábamos en el tramo 1, Cerrotrigo, del Rallye Sierra Morena de 2017. La gente de Escudería Sur (los mejores) nos daban la salida a la preciosa y, para ésta edición, alargada especial. Todo en orden y corriendo con casi 200 kilómetros cronometrados de rallye por delante.


Tras los primeros 3 o 4 kilómetros de goce absoluto, que ya por sí justifican todos los otros sinsabores y sufrimientos lo crean o no, mientras Rubén cantó “Atenciónfrenandomucho rasanteconderechaTREStardesuciayseabre…”; yo puse el pie en el pedal de en medio y noté como, al empezar a tener “tacto” algo se rompía y todo (pedal, pié y almas...) se hundía contra la chapa…  Contesté “sinfrenosinfrenossinfrenos” … y “sangre-de-hielo Partal” llegó a anotar un “S-FR” en la esquina de la hoja y rodeado con un círculo, qué tío…



Cuatro días después, los pasajeros del Vuelo TK1017 que partía desde Estambul con destino a Pristina se las prometían felices cuando el piloto decidía dar media vuelta mientras sobrevolábamos el espacio aéreo griego… “Señores pasajeros, lamentamos comunicarles que debido a una cuestión técnica nos vemos obligados a regresar a Estambul; se trata de un fallo en el sistema de frenado automático del avión... En estas situaciones la política de la empresa nos obliga a regresar a Estambul, donde pondremos a su disposición otra aeronave...”. A mí se me escapó un AMOSNOMEJODAS que lo escuchó seguro el piloto tras su puerta de seguridad...


Ambas situaciones descritas fueron salvadas “aseadamente”: En el primer caso tirando el coche a la cuneta interior de aquella Derecha 3 (lenta), con tan buena suerte que no rozó con nada (salvo el “panzazo” con el cubre cárter, pero para eso está) ni golpeó con el talud; el Ibiza hizo el “monorraíl” con el badén interno de la carretera, sin roces ni roturas aparentes, y salió de la curva airoso. Nosotros dentro sin respiración… En el segundo, con un cambio de avión y un par de horas de retraso, pero aquello aterrizó… y frenó correctamente.


El que aquella noche ya no frenó más fue el Ibiza... Harina de otro costal es la adrenalina de tener que elegir en milésimas entre “barranco (muy profundo hasta el río) o pared”: Elegir “pared” salió bien ésta vez, con muchísima suerte. Pero sobre todo se hace larguísima la hora y media larga de sufrir que pasamos después del trance, tratando de parar el coche con el freno de mano y reduciendo marchas… Pasando despacito por dos tramos y hasta cumpliendo los controles de paso; pero llegar a la asistencia de RacingCor fue solamente para certificar la defunción de los latiguillos y solicitar el “súper rallye”; asegurando con ello de paso una noche muy larga para los chicos del equipo cordobés que en ésta ocasión nos hacía la asistencia por imposibillidad de atendernos del team habitual.


En el hotel, entre sueños, a las 4 de la mañana llegaba el ansiado mensaje de José Carlos al WhatsApp: “Ya frena el Ibiza”. Buen trabajo de RacingCor en la oscuridad; un equipo comprometido, que pasó una noche muy larga de búsqueda de material y trabajo pero supo dejarse la piel en “desfacer el entuerto”.


A la mañana siguiente volvimos al asfalto; repostar y llevar temprano el coche a parque cerrado de nuevo, cafelito y verificación de trámite para volver a coger un carnet de ruta y a disfrutar, ya sí sin presiones, los 100 kilómetros de tramos de rallye restantes… Que es de por sí tan largo como cualquier rallye de los más importantes del Campeonato Andaluz.


Sin presiones, porque habíamos perdido la suerte de disputar los tramos del viernes noche y no podíamos dejar que volviese a suceder, y sobre todo porque teníamos un montón de tiempo de desventaja con los demás… Aparte de varias penalizaciones por llegar tarde a algunos controles horarios y por los tramos que no pudimos disputar. Pero, en el fondo, esto es otro de los muy buenos avances en los rallyes modernos: En condiciones normales, en un rallye de los antiguos y tradicionales… estaríamos camino de Málaga con un coche averiado ya desde el mismo viernes noche con 3 o 4 kilómetros corridos de los casi 200.


Los 6 tramos restantes del rallye tienen poca historia: aparte de mucha diversión y satisfacción, me costó un par de ellos retomar la confianza en el pedal de en medio, pero conseguimos disfrutar mucho…


El tramo de Trasierra estaba recortado por el final, con sólo uno de los dos cruces y sin la chulísima, por lo técnica, bajada desde el Lagar a Córdoba... Una pena porque cortan trozos bonitos, pero kilómetros había de sobra... En la primera pasada fuimos tanteando y en la segunda un poco más ligero pero despacito, notando cómo el coche se va de alante cuando lo cuelas y cómo las ruedas y el blocante se ponen a trabajar...


Cerrobejuelas es un tramo muy roto y con varias trampas feas. Se hace muy largo y es muy importante tener mucha confianza con el coche. Supongo que es la especial en que más sufrimos... Además, cosas del Nacional, me tocó llevar detrás en la caravana del rallye a otro "penalizado" como yo, pero con un coche mucho más rápido y moderno: el triatleta Ivan Raña con un Fiesta R2 que corre como un tiro y en ambas pasadas me alzanzó llegando a meta, procuré dejarle pasar... Espero que no le molestase mucho.


Y luego la gozada grande del Sábado (lástima de frenos porque los tramos del viernes me encantan...) era el tramo de Villanueva - Adamuz bajando por el cañón de un río, con un paisaje inigualable, buen piso pero supertécnico y divertido para el piloto... Una gozada. En la primera pasada descubrimos lo bonito que estaba... y ya empecé a entonarme con los frenos... y en la segunda todo fue disfrute: Yo no me di cuenta, pero dice Rubén que no hacía más que pedirle más y más curvas... buena señal...


Además, al ser el último tramo del rallye y llegar todos jugándosela en casi todas las categorías, hubo bastantes percances que al pasar detrás los vas notando, o te los encuentras: frenazos, trozos de carrocería de Dacia... Como le pasó a Santiago Carnicer y Rodolfo del Barrio, cuyo alucinante Fiesta R5 no pudimos ver al estar en el fondo de una vaguada tras el frenazo y derrape que dejaron en el asfalto... Ellos nos dieron el OK al pasar, pero luego supimos que al copiloto hubo que atenderle por problemas en la clavícula.



También hubo "desparrame" por lo más alto de la tabla, dando lugar a la imagen del rally... Ivan Ares, Surhayen Pernía y Christian García llegaban con sus cochazos nuevecitos en menos de 7 segundos y se jugaban el rallye... A Ares le salió peor y tuvo un golpe, si el frenazo no me engañó al pasar, en la salida de un puente en que dañó la trasera de su coche... Al acabar el tramo, los hermanos Vallejo se encontraron a Ares tratando de reparar los daños del i20 R5, y ellos que bien podrían haber aprovechado la baja de Ares para ganar un puesto en la clasificación, se bajaron de su coche y echaron una mano al compañero, con lo que mantuvo el tercer puesto del podium. Algún imbecil profundo ha confundido deportividad con asistencia ilegal, por ahí por las redes... claro que los Vallejo llevan en los rallyes desde antes de que algunos echásemos los dientes (Mis respetos...). Los que les critican no se han puesto un casco y un mono, sin duda. La foto es de los señores de Vuelta Rapida.


La carrera se la llevaron Christian García y Rebeca Liso, demostrando que lo del año pasado no era cosa de reglamentos solamente y que lo que hay entre el asiento y el volante vale, probablemente, muchos campeonatos aparte del de 2016. Es mi costumbre felicitar al que gana (cuando no se ha ido) de modo que primero y último nos dimos la mano, y ya no me la he vuelto a lavar...

Porque tras pasar el día remontando y adelantando a los que, por tener peor suerte, quedaron en la cuneta, acabamos el rallye los últimos a 3 segundos (!) del Peugeot 205 que nos precedía en la clasificación.


Logramos subir por eliminación al pódium de la agrupación tercera, en la que nos precedía José Antonio Aznar – Crisanto Galán con su Porsche 911 GT3 y el Ford Fiesta R5 de Cristóbal García – Antonio Pérez. Primero y segundo, respectivamente, de la clasificación del andaluz... Ni con todos los frenos del mundo les habríamos cogido. Nosotros quedamos el 17 en el andaluz, donde nos hundiremos con el paso de las sucesivas pruebas, en las que no vamos a poder estar.

Ahora toca restañar las heridas, las nuestras, las del Ibiza y las de las cuentas corrientes, y empezar a pensar en la próxima. No estoy contento, porque me he perdido lo más bonito, pero sí satisfecho con el trabajo que se ha hecho y el resultado final.

Nos vemos pronto...

A.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

 
Sitio creado por Andrés Moreno con un diseño de Oloblogger .