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19 de octubre de 2015

Ser Leyenda...

¿Qué hacen siete de Málaga en San Marino pasando frío en mitad de una noche? El inicio del chiste no podía ser mejor... Al final el asesino era el mayordomo... Pero va en serio.



El proceso se inicia a mediados de agosto de éste año... Ya sabíamos que el Legend era un bonito rally al que ir, sobre todo porque nos hartamos de videos de YouTube cada año y soñar es gratis... Pero una buena tarde vimos que se celebraba el 30 aniversario del Lancia Delta S4 y, casi por casualidad, hablamos de que estaría bien intentarlo. Buscar hoteles, combinaciones de vuelos y coches de alquiler baratos fue cosa de minutos. Parecía viable.


Bueno... una vez colgado el casco por esta temporada, hay que celebrar de algún modo que todo ha salido bien este año en las dos carreras que se hicieron. Así que adelante... pronto se forma la terna del Legend y comienzan a circular wasaps y emails. Billetes comprados, hoteles y coches reservados... Working for Racing se va al Legend.



Participan todos los miembros del equipo y algún gran amigo de las carreras de Málaga de toda la vida que se sube a la carreta... Al final hay que alquilar dos coches en lugar de uno, reservar más hoteles, etc. Pero con la asistencia logística de Sara, que es la mejor para esto, además de copilota consorte, no hay problema... Gracias, no sé qué seríamos sin ti. El asunto comidas se resuelve con fondos comunes (de nuevo organizados por Rubén, copicrack).



Llegar a Italia en aerolínea low cost es mucho más fácil (y barato) desde Málaga que desde Kosovo. Yo tuve que aterrizar en Malpensa y alquilar un coche allí… el segundo coche se alquilaría en Bérgamo, donde aterrizo la expedición de Málaga hora y media más tarde. Desde ahí son tres horas de autopista hasta el hotel (low cost también) de Rímini, que está a 20 minutos de los tramos. Llegamos el Viernes a mediodía y a las 7 de la tarde ya teníamos las llaves de las habitaciones y entrábamos al parque de trabajo del Legend. Ambientazo.


Comprar los brazaletes (35 Euros… dinero besado y el futuro de la seguridad de los rallyes, ojo) para acceder a los tramos y el parque de trabajo, etc. es cosa de minutos… y nos vamos a buscar algún sitio bonito para ver los tramos nocturnos. Nada fácil si no quieres ir a donde va toda la marabunta, porque los mapas son muy poco claros. Al final vemos en la puerta de un hotel a unos señores vestiditos “de torero” y les pregunto en Inglés como llegar a los tramos… El copiloto (creo que era ruso) suelta el casco, saca su road-book de la maletita (a que mola!!) y nos indica el callejón exacto por el que se llega a la salida del tramo 2.




Y es que todos los tramos están dentro de San Marino y pasan en general por zonas urbanas, polígonos industriales, callejones, carreteras de montaña que bien podrían ser del Cerrado de Calderón, la barriada de la Mosca o la subida a la cantera de Torremolinos… San Marino es una ciudad-estado encaramada a un monte, y en el fondo cualquier sitio se presta a estas cosas si las autoridades y la organización se atreven y colaboran.




Protegidos por la noche, comienza el alucine: No se puede describir con letras y palabras lo que pasa por el cuerpo, la piel de pollo solo de acordarse, al derrapar un grupo B a tu vera, tirando fogonazos por el escape… Así que no lo voy ni a intentar, que lo imagine el que pueda ¿Cómo explicar a qué suenan los escapes de un Stratos (Ferrari Dino V6) metiendo hierros cuesta arriba? Que eso pase una sola vez en tu vida, marca. Si sucede cientos de veces en un fin de semana… Cómo decirlo… Estar 3 horas viendo coches pasar, sabiendo que aún queda una segunda pasada que viene en un momento es también difícil de describir… ¿Cómo les explico que uno se puede cansar de ver pasar coches atómicos, patas negras del mundial, con pilotazos al volante? Llega un momento que, cuando llega un Deltona o un M3 E30, no es más que otro de los casi cientos, aunque flipas en colores igual que si fuese el único que queda... Los ruidos, los olores, las sensaciones, no se pueden explicar de cualquier modo. Hay que vivirlo.




A las 2 de la madrugada de la segunda pasada, mi cuerpo me recuerda que he dormido hora y media en las últimas 48 horas (la noche antes estuve esperando a un avión de madrugada en el aeropuerto de Skopje…), pero sigo viendo pasar coches apoyado en una señal de tráfico… Impresionan hasta los Autobianchi Abarth (varios) de los pilotos locales…




La noche en el hotel fue una coral de ruidos de bangbang: Porque no, en Working For Racing no roncamos, ni sufrimos problemas de apnea… Nosotros solo soñamos que somos Evos, en medio de un tramo, con el bangbang al rojo vivo... ¿Qué pasa?







Otra de las cosas buenas del Legend es que no hay tramos por la mañana del sábado. Turno para pasear por el parque cerrado, que es en este caso completamente abierto, como debe ser …y en un campo de futbol, que nunca antes se le vio mejor uso a ninguno. Arrimarse a los coches de nuestros sueños, tocarlos, ver presentaciones del 30 aniversario del delta S4, tiendas de piezas de competición, recuerdos, coches de carreras saliendo para darse un paseo por el tramo del polígono industrial cada cierto tiempo… y, aunque no somos especialmente mitómanos, ver a las estrellas de los rallyes de la tele estar por ahí como personas normales, que disfrutan de esta pasión, también mola… Por cierto que llueve a cantaros, sin parar, todo el santo día, pero poco nos importa.


Nos situamos en el tramo con relativa facilidad (esta vez Rubén lo clava con el mapa) y podemos aparcar los coches en medio de una urbanización de casas bajas, a 50 metros de una curva cerrada por la que pasarán los coches para enfilar una recta cuesta arriba metiendo marchas. No para de llover… bocatas (se hizo una compra en el supermercado) y a pasar otras tres horas viendo pasar coches, como sopas, da lo mismo. Otra de las cosas buenas del Legend es la informalidad en cuanto a reincorporar coches a la caravana una vez reparados, etc. Se hacen varias clasificaciones en función del tipo de coche y el piloto… incluso hay una clasificación por ratings (como en las regatas de vela), para igualar a todos los participantes.

Para la segunda pasada pudimos acercar tanto los coches al encintado de los tramos que se veía bien desde dentro… y secos. Claro que saliendo (de nuevo acabamos como sopas) cada vez que algo espectacular sucede...

Como los tramos acaban más temprano, la noche del sábado se puede ir a cenar a algún sitio… en este caso una pizzería de Rímini, cerca del hotel. Rímini es una localidad costera del Adriático que recuerda a algunos lugares de la costa de Málaga…


A la mañana siguiente todavía pudimos acercarnos al parque de trabajo e incluso ver un último tramo por el polígono industrial junto al parque de trabajo, por fin sin lluvia. Desgraciadamente yo tenía que cazar el avión a Roma de las 19:00 horas en Milano Malpensa… devolviendo antes uno de los coches de alquiler. De modo que no pudimos ver mucho más (faltaba la entrega de premios y media pasada a un tramo, culpa mía...) y tiramos millas, haciendo las despedidas en Bérgamo. Todo lo bueno acaba…

Las reflexiones son demasiadas para una entrada de la web: Desde lo mucho que nos gusta esto y lo que hemos disfrutado todos, teniendo en cuenta la envidia (in)sana y el sufrimiento que implica ver coches de carreras pasar para el que quiere exclusivamente ponerse dentro… hasta por qué este tipo de carreras no se hacen en sitios a todas luces mejores… como la Costa del Sol; pasando por el hecho, cierto e irrefutable, de que el Lancia 037 (la alfombra mágica de Aladino) es el coche más bello de la historia, pese a quien pese… Me quedo con la satisfacción, muy personal, de imágenes como la que sigue…


Vivan los Rallyes…

A. Moreno

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