No es que sea santo de la devoción de mucha gente, nunca lo fue especialmente de la mía tampoco, pero hay que reconocer a Don Antonio que es historia de los rallyes de nuestro país... y que habla clarísimo ¡qué demonios! Sombrerazo...
Y aprovecho la excusa de esta entrada, que es la entrevista, para colaros una batallita mía:
Aún recuerdo en la asistencia en la península del lago Bostalsee, durante el shakedown del Rallye de Alemania de 2003 –la de templos que uno ha rezado–… Donde Zanini iba de jefe de equipo de un tal Dani Solá, copilotado por otro tal Alex Romani, que estaban como quien dice empezando, corriendo con un Mitsubishi EVO 7 Gr. N de Nocentini que no estaba para nada tan gordo como los de algunos otros ni gozaba de similar presupuesto y que encima calzaba Pirelli, a todas luces no tan eficaces como las Michelin en unos tramos tan complicados como los de la zona de Trier.
Pues bien, en aquella asistencia escuchamos como Zanini le dijo a Solá: “Este es el juego de ruedas para el shake… no hay más… pero ponte a darle vueltas y no vuelvas hasta que estén en los trapos…”
Aquel EVO amarillo del RACC se pasó la mañana dando
vueltas… y en los trapos quedaron las ruedas mientras otros equipos iban
estrenando un juego tras otro…
Al día siguiente, en la llegada de uno de los tramos,
esperamos a que llegase Solá, el control stop era cuesta abajo como la parte
final del tramo, y lo que más me impresiono fue ver como Dani no paraba el
coche sin tocar los frenos poniendo la marcha atrás y reteniendo el coche a
medio embrague, y no era ni mucho menos como uno de serie, adelante y atrás… Solamente
porque los discos venían tan calientes que dejar las pastillas en contacto con
ellos más de lo justito era quitarles kilómetros de vida.
…Pero tres días más tarde Solá llegaba a Trier con la
victoria de Gr. N.
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